La vuelta al trabajo de Kiko Hernández está siendo más movida de lo que al colaborador de Sálvame le hubiera gustado, pues aunque confiaba con un retorno tranquilo y apacible, sus planes se han ido al traste por diversos motivos que están provocando su ira.
Primero, discutía con Marta López en directo al escuchar como la que en otro momento fuera su mejor amiga, lo dejaba a la altura del betún por no haberle telefoneado al ser despedida de la cadena, cosa que enfadó a Kiko pues no tenía por que defender el penoso comportamiento de ella que había llevado a dirección a prescindir de su persona al contraer el virus por ir de fiesta.
La preocupación de Kiko Hernández que ronda su cabeza en los últimos días

Pero, por si fuera poco, en unos días, el padre de Jimena y Abril tiene una cita en los Juzgados, y esto es lo que verdaderamente le está pasando factura al tertuliano.
El procedimiento judicial se remonta a 4 años atrás, cuando la lucha entre Belén Esteban y Toño Sanchís estaba en pleno apogeo, pues fue ahí cuando éste decidió interponer una demanda contra Kiko H. por sus palabras en televisión dirigidas hacia el ex representante de estrellas.
Al parecer, Toño se sintió agraviado por los comentarios de Kiko, y decidió llevar el asunto ante la justicia, reclamándole 450.000 € en concepto de indemnización por difusión de datos que le conllevaron perjuicios tanto en lo laboral como personal, es decir; básicamente, consideró que se le estaba desprestigiando.
Quién no está nada preocupado es Toño, que mediante sus redes sociales enviaba un dardo envenenado al ex gran hermano, diciendo que iba a por todo, junto a una foto en las dependencias judiciales.
Quedan tan sólo unos días para que, Hernández tenga que presentarse ante el Juez y declarar, por lo que esto podría haber motivado su carácter agrio de los últimos días, y pese a que cuenta con el respaldo de la sentencia a favor de Esteban en que se corroboran las informaciones que en su momento dio, no sabe si será suficiente para librarse de abonar el montante que le reclama Sanchís.